Vierte los quesitos en un tazón y aplástalos con un tenedor. Divide la mezcla en ocho porciones con la mano a las que les darás la forma de las croquetas. Déjalas en el congelador durante dos horas. Bate el huevo y agrégale sal y pimienta. En otro plato mezcla la harina y el pan rallado. Reboza las croquetas en ese orden. Fríelas en una sartén y date un atracón. ¡Exquisitas!