© Receitas Sem Fronteiras
Pizza
Es una verdadera pena, pero la pizza al final de una borrachera no es una buena idea.
El alcohol relaja los músculos que mantienen los ácidos gástricos en su sitio, y un montón de salsa de tomate puede acabar causando reflujo y acidez, sobre todo si se trata de salsa de tomate procesada.
Este efecto puede ser especialmente malo al final de la noche, cuando estás a punto de ir a acostarte y la gravedad deja de ayudar a que los alimentos se mantengan en su sitio.
Si de verdad quieres pizza, opta por una pizza bianca y de preferencia sin demasiada grasa.