¿CÓMO RECONOCER EL POLLO EN MAL ESTADO?
Lo más importante, según los expertos en Seguridad Alimentaria, es que el consumidor no debe rechazar este alimento tomando como única referencia el color. ''El consumidor debe tener en cuenta que el color por sí solo no significa que el producto esté en mal estado. El pollo tiene más probabilidad de estar podrido si tiene un olor rancio y es viscoso al tacto”, aseguran los entendidos.
Aunque existen ciertos consejos para ayudarnos en determinadas situaciones y cuando comprobemos que la carne está en perfecto estado:
-Un pollo fresco tendrá las patas de color amarillo y repletas de escamas pequeñas. Pero hay que fijarse también en que la piel sea lisa, tersa y uniforme.
-Si la piel del pollo tiene manchas, ¡no te lo comas porque no está bueno!