Rallador de queso
Basta con rallar un trozo de pan duro contra el rallador para eliminar todos los restos de queso que se hayan acumulado; esto evitará que el sabor del parmesano o del gruyere se altere.
Muchas veces el queso se acumula en los orificios de la parte interior y se nos pueden escapar a la hora de lavarlo, lo que puede convertirse en el "punto de encuentro" de bacterias y moho.