¿Cómo congelar calabacines frescos?

Cómo congelar calabacines frescos

Congelar sus calabacines frescos te puede ayudar a manejar mejor tus menús semanales, evitar el desperdicio o simplemente tener ingredientes a disposición para esos días en que no hay mucho tiempo de cocinar. Sin embargo, congelarlos correctamente tiene su ciencia, y aquí te lo explicamos.

Toma tus calabacines, lávalos bien y quítales el tallo. Siempre es mejor dejarlos con todo y piel.

Córtalos en rodajas gruesas, manteniendo la piel que está llena de vitaminas. Luego corta las rodajas en dos antes de colocarlas en agua hirviendo, en una sartén tapada.

Cocina de 2 a 3 minutos (pero no más) hasta que tus calabacines esté más livianos.

Luego retira los trozos de agua hirviendo y colócalos en un recipiente con agua fría y hielo durante un par de minutos. Esto interrumpirá la cocción del calabacín y los prepara para ser congelados.

Mientras tanto, extiende unas toallas de papel sobre tu plancha de trabajo. Coloca ahí el calabacín cocido, después de escurrir el agua con la ayuda de un tamiz. Cubre los trozos de calabacín con otro papel para absorber la mayor cantidad de agua posible.

Ahora es el momento de ponerlos en una bolsa de congelador, organizados de la mejor manera posible, una pieza al lado de la otra; puede parecer laborioso, pero si no quieres usarlo todo de una vez, será más fácil separar las piezas. Si no tiene un sellador al vacío, usa una pajita para retirar el aire de la bolsa, aspirando con cuidado. Sella o cierra herméticamente antes de congelar.

Cuando desees acompañar sus platos, carnes o pescados, todo lo que necesitas hacer es sacarlos del congelador y cocinar, ¡es así de fácil!