PASO 3
Si el problema sigue sin resolverse, es hora de pasar a la acción. Agarra el rastrillo de lechada (esta es la herramienta ideal, aunque también puedes hacerlo cuidadosamente con un taladro) y retira la parte más externa de la lechada de las juntas. A continuación, aplica el sellador de juntas y limpia normalmente.
Debes repetir este procedimiento cada 2 años aproximadamente si quieres mantener tu suelo siempre en perfecto estado.
¿Te gustaron estos trucos? ¿Conoces algún otro?
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