PASO 2
Si el método anterior te pareció demasiado 'light' y las manchas persisten, es hora de pasar a los productos específicos. Compra un blanqueador de juntas y aplícalo siguiendo las instrucciones del producto (normalmente vienen ya con un aplicador propio) y usa el cepillo de dientes para optimizar la limpieza.
Deja que el líquido actúe y se evapore (asegúrate de ventilar bien la habitación) durante unos minutos.