A la hora de hacer la bechamel, parecerá muy sencillo sacar la leche del frigorífico y de inmediato verterla sobre la harina doradita para empezar a batir. Sin embargo, ¡es un error de principiante! Los cambios de temperatura alteran la mezcla y la vuelven más propensa a que se formen grumos y pases más tiempo intentando que se integre. Así que ya lo sabes, la próxima vez calienta la leche en un pocito o unos segundos al microondas para que todos los ingredientes del relleno tengan aproximadamente la misma temperatura a la hora de mezclar.