No hay duda de que los mejores son los que preparaban nuestras madres. Lo típico es hacerlos el día de Todos los Santos. Aunque el clásico se toma también en Carnaval o en Semana Santa, dependiendo de la región.
Ingredientes para 4-6 personas:
1/4 litro de leche
150 g de manteca
5 g de sal
200 g de harina
6 huevos
Aceite, para freir
Azúcar glas, para espolvorear
Preparación:
En una cacerola ponemos la leche, la manteca y la sal y calentamos hasta que empiece a hervir.
En ese momento retiramos del fuego y agregamos el harina, mezclando constantemente con cuchara de madera hasta que se forme una pasta homogénea que se despegue de las paredes de la cacerola.
Se agregan entonces los huevos, removiendo enérgicamente. Debemos obtener una consistencia cremosa.
Se toman porciones de la masa con una cuchara y se frien en aceite bien caliente, Una vez fritos se escurre el exceso de aceite en un papel absorvente, y se espolvorean con azúcar.
También se pueden rellenar con crema batida, o con una crema pastelera a la vainilla o al chocolate. Para ello debemos hacer un pequeño orificio a uno de los lados y rellenar con ayuda de una manga pastelera.