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Cómo cuidar tus plantas de albahaca
Cada vez más gente ha empezado a cultivar plantas aromáticas en casa y, de ellas, la albahaca es quizá la más delicada y la que menos tiempo sobrevive. Para mantener las plántulas sanas, hay cinco cosas importantes que no se deben subestimar:
- ¿Cómo se riega la planta?
Mantén la tierra húmeda y no mojada. Cuando la albahaca esté madura, riégala ligeramente todas las mañanas para que el agua tenga tiempo de bajar y evaporarse más tarde, sin que se estanque en la base de la maceta.
Cuando veas que empiezan a crecer los primeros bulbos florales, retíralos con unas tijeras, con cuidado de no quitar demasiado tallo. Cuando las flores florecen, liberan una hormona que quita gran parte del sabor de la albahaca a las hojas, además de restringir su crecimiento.
- Cuidado con las plagas y el moho
La albahaca es una planta que atrae muchas plagas. Si encuentra alguna, la mejor manera de deshacerse de ella es atraparla físicamente y eliminarla de las hojas. Si, por el contrario, la planta muestra signos de moho, conviene darle más luz y, si es necesario, dejar más espacio a su alrededor.
- ¿Cómo se recogen las hojas?
En primer lugar, hay que elegir bien el tallo que se va a cortar. Busca un tallo en cuya base crezcan pequeñas hojas nuevas. Cortar el tallo, teniendo cuidado de no cortar las hojas nuevas.
Esto anima a la planta a dar energía a las nuevas hojas y a no quedarse sin ella.
Es probable que no puedas consumir toda la albahaca que produces. Para no desperdiciarla, es importante saber cómo almacenarla. Así que coge las hojas que no uses y lávalas, luego sécalas y enróllalas en una hoja de papel de cocina. Por último, pon el "rollo de albahaca" en un recipiente o bolsa de plástico y mételo en la nevera.