Para preparar nuestro relleno de mermelada, lavamos y quitamos el hueso y el rabillo de las cerezas y las colocamos en un cazo donde las cubriremos con el azúcar y el zumo del limón. Mezclamos bien los ingredientes y dejamos que repose un par de horas en la nevera.
Pasado este tiempo, ponemos el cazo a fuego vivo, donde esperaremos a que empiece a hervir para bajarlo al mínimo y dejar que se cocine durante unos 30-35 minutos. Dejamos que enfríe un boco, licuamos y reservamos.
Para preparar la masa base de nuestro crumble, en un bol mezclamos la harina con la levadura y añadimos el resto de los ingredientes amasando hasta conseguir una masa compacta y formamos una bola. Cubrimos con film de plástico y dejamos reposar en la nevera 20 ó 30 minutos.
Engrasamos un molde (en nuestro caso redondo y de cristal) añadimos 2/3 de la masa que hemos dejado en frio. Pinchamos varias veces la masa con un tenedor para que puede salir el vapor y horneamos en el horno precalentado a 200° durante 12 minutos. Dejamos enfriar para que la base repose.
Del resto de la masa formamos un rulo y vestimos (aproximadamente 2 cm de altura) el borde de la masa ya horneada. Añadimos las mermelada encima de la base.
Para la cubierta, añadimos la harina y los otros ingredientes a un bol y con las asas de montar nata de la batidora batimos hasta obtener grumos. Cubrimos la mermelada con los grumos y horneamos 40 minutos a 200°.