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TRADICIÓN Y ELABORACIÓN
La receta de los buñuelos de viento ha pasado de mano en mano generación tras generación y es en la actualidad cuando se mantiene la manera original de elaborarlos. Es sorprendente que con unos pocos ingredientes se obtenga un producto tan crujiente y dulce que llenan las vidrieras de las pastelerías y confiterías cuando se acerca el 1 de Noviembre.
Dicen los expertos que el secreto para obtener unos buñuelos perfectos en sabor y forma está en utilizar una harina de trigo de excelentísima calidad, controlar el tiempo de reposo de la masa y trabajarla a mano.
Una anécdota curiosa, a la que recurren los buñueleros más supersticiosos, es tener una ramita de laurel cerca del fuego para atraer la buena suerte y hacer una cruz sobre la masa para que salga bien.
Los buñuelos de viento originarles dieron paso a través de los años a otras variantes, como los buñuelos de calabaza. Esta variedad se empezó a productir cuando los campesinos de la zona de huertas decidieron aprovechar este producto de temporada. También podemos encontrar sabores como los de boniato, vainilla, naranja, higo e incluso horchata.