Red Velvet Cake

Paso 1

Vamos precalentando el horno a 170º C.

Por un lado, tamizamos la harina con el cacao y la sal. Reservamos.

Por otro lado, batimos la mantequilla un par de minutos hasta que quede cremosa, le añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta integrar bien. Añadimos los huevos de uno en uno mezclando bien antes de añadir el otro. Después, echamos la vainilla y seguimos batiendo.

En otro bol, mezclamos la buttermilk con el colorante rojo (si no encontráis buttermilk, la hacéis casera sin problema mezclando 240 ml de leche y una cucharada de vinagre o de zumo de limón. Se deja reposar 10 minutos y listo. Adquirirá un aspecto de leche cortada, es así, no penséis que se os ha estropeado. De todas formas, yo la encuentro en el Alcampo, aunque, esta vez, la hice en casa).

Ahora, con la batidora a velocidad baja, vamos mezclando la harina y la buttermilk, con la mezcla de mantequilla, alternando ambas. Acabaremos con la buttermilk y habremos hecho 3 adiciones (harina - buttermilk, harina - buttermilk y harina - buttermilk).

Para terminar, mezclamos el vinagre con el bicarbonato y, cuando haga efervescencia, lo agregamos a la masa, mezclamos bien y ponemos la masa en el molde (yo lo forro con papel de hornear para evitar que se pegue la masa).

Metemos en el horno y dejamos de 45 minutos a 1 hora, dependerá del horno. Comprobamos pinchando con un palillo y, si sale limpio, lo tenemos hecho.

Sacamos y dejamos templar dentro del molde antes de pasarlo a enfriar a una rejilla ya desmoldado.

Es un bizcocho muy tierno y se desmiga con facilidad así que es mejor cortarlo semicongelado, salvo que, como en mi caso, dispongáis de una lira corta tartas.