©Thinkstock - Cuando una orquídea deja de florecer, es hora de trasplantarla. Saca delicadamente de la maceta, tirando desde la base para no romper el tallo. Sacúdela un poco y corta con unas tijeras las raíces que estén muertas. No cometas el error de pasarla a un recipiente más grande. A las orquídeas les encantan los espacios reducidos. Mejor compra una maceta o jarrón del mismo tamaño que el anterior, coloca las cortezas y vuélvela a plantar delicadamente.