También cambia la familia, en especial, los abuelos
Cuando estabas embarazada, toda la atención giraba alrededor de tu creciente barriga. Pero ahora que llegó el bebé, ¡ya no eres el centro de atención! Apenas los abuelos entran por la puerta, corren a ver al bebé y lo llenan de besos y regalos, mientras que a ti, lo que te dan son consejos (¡los quieras o no!). Parece que a los abuelos les encanta decirte lo que deberías hacer, a la vez que comparten su infinita (y no siempre actualizada) sabiduría, diciendo cosas como: -"Si está llorando debe tener hambre, ¡aliméntalo!" -"Claro, ¿cómo no se me ocurrió eso antes?". También les encanta comparar a tu bebé contigo cuando tenías esa edad y recordarte lo bien (o mal) que lo estás haciendo como madre principiante. Si en algún momento sientes que te desesperan, recuerda que ellos dan sus comentarios y consejos con la mejor y más pura de las intenciones, así que, ¿por qué no aprovechar un poco la situación y dejarlos cuidar del bebé durante algunas horas mientras tú te pones al día con el sueño y descanso que tanto necesitas?