1.- CONOCE A TU ENEMIGO
En ocasiones, mezclar ámbitos no es una buena idea. Sino que me lo digan a mi que me propuse juntar a familia, amigos, compañeros de trabajo y personas que conocí de fiesta en un bar para irnos a hacer un viaje de pirados. ¿Resultado? ¡CATASTRÓFICO!
Lo malo de todo esto es que tú eres la que te quedas en el limbo cuando hay problemas porque si tomas partido en una pelea siempre hay alguien que se enfada.
No obstante, si te encuentras en una situación similar respira profundamente y... ¡no dejes que nada te afecte! Estas de vacaciones. Nada ni nadie puede amargártelas puesto que todos son mayores para resolver problemas.
Eso sí, no lleves a nadie que odie el calor a un destino paradisiaco en el que haga de mínima 35 grados.
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