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Chiles en nogada
Los chiles en nogada son una de las recetas de convento más conocidas por el grado de refinamiento de su receta. Se trata de un pimiento poblano (que, a diferencia del morrón, es picante), relleno con un picadillo especiado de carne de res, bañado en una salsa cremosa de nueces y granos de granada fresca. Se trata de una delicia otoñal de temporada corta, ya que solo se prepara mientras se encuentren en los mercados nueces y granadas. En cuanto al relleno, el picadillo lleva uvas pasas, durazno (melocotón), plátano maduro y una mezcla de especias que incluyen canela y clavos de olor.
A pesar de que los historiadores no han podido ponerse de acuerdo en el origen exacto de este platillo, lo que es seguro es que proviene de la cocina conventual. La versión más aceptada es que los chiles en nogada fueron inventados por las monjas agustinas del Convento de Santa Mónica, en Puebla, México como una celebración a la firma de Independencia de México con los Tratados de Córdoba entre Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú.
Los chiles en nogada son un ejemplo perfecto de la riqueza de la gastronomía criolla, ya que combina ingredientes locales como el chile poblano con alimentos de temporada, los lácteos provenientes de Europa y las especias que eran traídas de las Indias. Es por recetas como esta que en noviembre de 2010 la cocina mexicana fue declarada como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO.