El queso
Antes de guardar el queso, sácalo de su envase y envuélvelo en papel para hornear, que después guardaremos en una bolsa de plástico con cierre zip. Si se trata de un queso blando, almacénalo junto con algunas hojas de lechuga, que le aportarán el oxígeno y la humedad que necesita. Para apreciar de nuevo su sabor original, sácalo del frigorífico al menos dos horas antes de consumirlo.