¿Y si dejamos de diabolizar la Nutella?

DeDana Elfenbaum, 19/09/2016

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Silvia Santucci

Cada vez que compartimos en nuestra página de Facebook una receta que lleva Nutella, una polémica se desata entre nuestros seguidores.

¡La Nutella es el enemigo público de momento! ¿Y eso a qué se debe?

La Nutella contiene aceite de palma, un producto que ha despertado mucha controversia por su impacto en nuestra salud y en el medio ambiente.

Desde el punto de vista ecológico, muchas industrias están utilizando lo que se conoce como RSPO (o Roundtable on Sustainable Palm oil ). Esto significa, que ciertas asociaciones tienen por objetivo garantizar la sustentabilidad de este producto y la no deforestación, con el fin de detener la desaparición de ciertas especies animales y el impacto de la deforestación en el planeta.

Desde el punto de vista de nuestra salud, el tema es complejo para los consumidores. El aceite de palma es un aceite que contiene cerca de 50% de grasas saturadas y que cuando es consumido en grandes dosis puede ser responsable de problemas cardiovasculares. ¡Pero existen cosas peores que el aceite de palma! Por ejemplo, las materias grasas vegetales hidrogenadas que encontramos en muchos productos. Estas son materias grasas líquidas que se vuelven firmes luego de la hidrogenación. El problema de la hidrogenación es que aparecen ácidos grasos trans el el proceso, que son peligrosos para la salud. El aceite de palma, sólido por naturaleza, no necesita pasar por este proceso de hidrogenación.

Entonces, es importante estar atento a las etiquetas de los productos que consumimos y buscar aquellas grasas vegetales hidrogenadas ¡y evitarlas!

Lo que produce numerosos debates, es la cantidad de productos que existen, que siendo bio u orgánicos, contienen aceite de palma (como por ejemplo los bizcochos, galletas, masa de tartas, platos preparados, etc). Es la acumulación lo que genera problemas y no el consumo de un solo producto.

Antes de diabolizar tal o cual producto, debemos analizar la totalidad de los productos que consumimos. Si cocinamos nosotros mismos nuestros alimentos, y utilizamos lo mínimo posible productos industriales, ingeriremos menos aceite de palma.