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Tortilla sin huevo ni patata y otras curiosidades que comían nuestros abuelos

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Rebañando

Ya sea por la escasez, los cambios en el estilo de vida o la aparición de nuevos ingredientes, nuestros padres y abuelos tuvieron la ocasión de probar alimentos a veces apetitosos y a veces solo para llenarse la barriga. Hacemos un recuento de estas tendencias, que tal vez más de alguno todavía recuerde. 

©iStock

La tortilla sin huevo ni patata, un remedio de la posguerra para el hambre

Como bien sabemos, no todo fue miel sobre hojuelas para nuestros ancestros, ya que las crisis económicas provocadas por guerras o malas cosechas podían cambiar por completo el panorama alimenticio de un país. Y vaya que el siglo XX tuvo su carga de épocas difíciles. En España, las décadas posteriores a la Guerra Civil estuvieron marcadas por la necesidad. Cartillas de racionamiento, requisiciones de granos y hortalizas... en definitiva las personas se las tenían que ingeniar con lo que tuvieran para salir adelante. 

Con esta gran necesidad en mente fue que, entre 1937 y 1938, el chef catalán Ignacio Doménech publicó su libro "Cocina de recursos (Deseo mi comida)", donde proponía recetas que las personas añoraban con los ingredientes que pudieran encontrar. En muchos casos, las sustituciones eran quizás menores, como hacer estofados sin la carne (pero con el v ino y las especias para recordar su sabor), mientras que en otras, nos queda el sentimiento de que eran fruto del puro ingenio y la nostalgia. Como esta tortilla de patata, que no llevaba ni huevo ni tortilla, y que te compartimos a continuación.

Ingredientes:

  • 3 naranjas de corteza gruesa
  • cebolla
  • sal
  • 1 diente de ajo
  • aceite
  • 4 cdas de harina de trigo
  • 1 cdta de bicarbonato
  • un poco de pimienta blanca en polvo
  • agua

Preparación:

  1. Rallar la cáscara de la naranja hasta que aparezca la parte blanca.
  2. Cortar la parte blanca en trozos aplanados con un cuchillo fino. Echar las tiras en agua durante dos o tres horas. Estas serán las "patatas".
  3. Cuando haya transcurrido este tiempo, escurrir, salar y freír en una sartén con un poco de cebolla cortada. 
  4. Para el sustituto de huevo, frotar el fondo de un plato hondo con el ajo, añadir tres o cuatro gotas de aceite, sal, la harina, el bicarbonato, la pimienta blanca y 8 a10 cucharadas de agua. Batir hasta que no queden grumos.
  5. Mezclar la cebolla y las naranjas fritas con la mezcla anterior, verter en una sartén y cocinar por ambos lados a la manera de una tortilla tradicional. 

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