Tosta de morcilla y piquillo con sésamo y yema

Hoy ha sido sonar el despertador, asomarse a la ventana y tener la más firme convicción de que la primavera nos ha dado esquinazo. Y eso que acaba de llegar, ...pero bueno, ante tal desplante hay que venirse arriba y sugiero que es momento de recluirse entre fogones como un elefante en una cacharrería y desquitarse con un desayuno exquisito.
Sugiero ya que es sábado una tosta y aquí estamos con un pan de horno de leña que en verdad no necesita gran cosas para comérselo, pero como tenemos una morcilla de verdura de la que según empiezas a cortar se te saltan las lágrimas de emoción y luego unos pimientos rojos que se han hecho en la sartén con tanto mimo y cariño que cuando les ha tocado el turno para repantigarse por la morcilla, han saltado con un triple mortal lleno de gracia y sabor consiguiendo un aterrizaje glorioso. Y aquí a pie de pista, que rico estaba todo, luego hemos rematado con un zumo revitalizador y el café desde luego que no falte.
A partir de este momento espectacular me he asomado de nuevo a la ventana y la primavera sigue sin aparecer pero sostengo que la panorámica mejora tras desayunar de lujo, la mañana sigue oscura, pero en mi casa ya nos encontramos de lleno militando con espíritu primaveral, que luego aparece esta caprichosa, pues ya se verá, pero que venga suave que igual nos pilla echándonos un sueño.
Bueno creo recordar que era el sueño de una noche de verano, pero se nos está haciendo tan largo que ansiamos ya pillar un poquito de sol.
Ahora un poco de lectura y en un ratito estaré dispuesta a preparar esta propuesta con vosotros.
Según tengáis el delantal puesto, me dais un silbido y empezamos.

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