Los mitos de la cocina que están arruinando tus platillos, según los chefs
guardar la lechuga mojada
La lechuga se estropea fácilmente cuando está en el refrigerador. Si la guardas con agua, la humedad hará que las hojas comiencen a ennegrecerse en las orillas o directamente, que se pudran. Pero si la guardas totalmente seca, las hojas se marchitan por completo y tampoco son nada apetitosas.
La solución es la siguiente: si la lechuga está húmeda (normalmente viene así si la compras entera en el mercado o en el súper), sacúdela ligeramente y guárdala con una toalla de papel en un recipiente hermético. La toalla absorbe el exceso de humedad y la mantiene en buenas condiciones. También puedes colocar un trozo de pan duro, que hace el mismo efecto.
Pero si es lechuga empaquetada en bolsa, suele no traer agua. En ese caso, coloca una toalla de papel ligeramente humedecida, para que la lechuga no se seque, pero tampoco se ahogue.