Ahora tienes dos opciones para hacer tus gomitas. La primera es vaciar la mezcla de gelatina en moldes de silicona (como los moldes para hielo) y refrigerarlos durante varias horas. La segunda opción es refrigerar la gelatina durante varias horas, desmoldarla sobre papel encerado y cortarla con pequeños moldes para galletas. Una vez que las golosinas tengan la forma deseada, puedes pasarlas por un tazón con azúcar para glasearlas, o disfrutarlas en su versión más ligera.