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Rompope o ponche de huevo
El rompope o ponche de huevo es otra de las recetas tradicionales que salieron de los conventos españoles para popularizarse en toda América Latina. Habrás notado que muchos dulces de convento son ricos en huevos y lácteos, algo que se explica por la disponibilidad que tenían de dichos productos gracias a pequeñas granjas que cuidaban, así como a los donativos de los fieles. Al ser ingredientes sencillos pero muy versátiles, con el tiempo y la creatividad de las monjas surgieron estas delicias que nos deleitan hasta nuestros días. Gracias a los conocimientos de las religiosas (que sabían leer y escribir en una época en que no era común), podían recabar recetas, escribir sus creaciones y compartirlo con otras órdenes religiosas, creando un acervo amplio que crecía con la integración de nuevas culturas. De este modo encontraban una fuente de ingreso adicional y permanecían en contacto con la comunidad en sus pequeñas tiendas conventuales.
Como dato curioso, fue en México que se comenzó a añadir vainilla a la preparación, al la planta oriunda de la península de Yucatán. También, La palabra "rompope" es una derivación de la palabra "rompón", que se usaba para describir la versión española del ponche de huevo que llegó a México. En países como Chile existe una versión llamada "cola de mono" que incluye café. En general, con el paso del tiempo fueron añadiendo ingredientes locales para variar sus sabores.
Ya sea que lo tomes en Navidad con tu familia o lo utilices en postres deliciosos como el rompope con gelatina, es un l icor digestivo que vale la pena tener en casa. Además, con todos los sabores que existen actualmente, como chocolate, piñones, pistacho, fresa, etc...¡hay mucho de dónde elegir!