No te dejes llevar por los colores, ya que los mangos pueden ser amarillos, verdes o rojos dependiendo de las particularidades de su especie y no de su punto de maduración. Las manchas oscuras, en este caso, garantizan que la fruta está madura.
Si están demasiado blandos, significa que ya sufren el principio de un proceso de fermentación. Si están demasiado duros, están inmaduros. El punto intermedio es el deseado.