¡Protégete!
Si pese a todo, el perro se lanza a atacarte, trata de protegerte con los objetos que tengas a mano. ¡Ojo! No para atacarlo, sino para interponerlos entre tú y él: tu bolso, tu abrigo, etc.
Si el perro te tira al suelo, ponte en posición fetal, con la cabeza hacia dentro y las manos protegiendo tu cuello y tus orejas.