Los 10 platos españoles más raros para cualquier extranjero
En una gastronomía tan rica y variada como la española tenían que existir forzosamente algunos platos menos fáciles de exportar que la paella y el jamón. Estos son algunos de los más sorprendentes para los turistas... y para los propios españoles:
1. CALÇOTS.
Son una especie de cebolla propia de Cataluña y se cocinan típicamente sobre la llama viva hasta que todo el exterior queda negro. Esta capa se retira después para descubrir un interior tierno y jugoso.
2. MANITAS DE CERDO.
El nombre de esta receta deja poco a la imaginación... Efectivamente, son las pezuñas del cerdo.
3. LAMPREA COCIDA.
La lamprea es una especie de animal marino que bien podría ser el protagonista de tus peores pesadillas. En Galicia, sin embargo, se consideran una delicia...
... sobre todo cuando se cocinan EN SU PROPIA SANGRE.
4. ESCALIVADA.
No son más que verduras asadas (berenjena, pimiento, cebolla y tomate) y, aunque su sabor es apetitoso, su apariencia deja mucho que desear.
5. MIGAS.
Lo raro de las migas es que convierten el pan (normalmente un acompañamiento o un soporte para otras comidas) en la base del plato. Efectivamente, se trata ni más ni menos que de pedazos de pan tostados, que podemos acompañar básicamente con lo que queramos.
6. PIPAS.
Mientras que en España son probablemente el snack más popular y adictivo. Eso sí, requieren un poco de práctica, ya que se venden y consumen con su cáscara, que es completamente cerrada.
7. MORCILLA.
Todo son caras de felicidad ante la degustación de esta exquisitez de la gastronomía española hasta que alguien descubre que están hechas de sangre de cerdo, coagulada y cocida.
8. CACHOPO.
Grande como una sábana, un filete de ternera con jamón y queso en su interior, empanado y frito. Honestamente, no se puede tener nada en contra del cachopo asturiano.
9. BERBERECHOS.
Son un molusco parecido a las almejas, con la diferencia de que suelen venderse y consumirse ya sin cáscara y enlatados.
10. CORTEZAS DE CERDO.
'Del cerdo, hasta los andares'. Este dicho popular no tiene ni una pizca de invención y esto lo demuestran los chicharrones o cortezas de cerdo, que no son más que la piel de este animal frita en su propia grasa.
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