Pantxineta con crema pastelera casera
Hoy probamos con un pastel clásico de Euskadi, cuyo origen es italo-francés según cuentan los paladares más doctos. Consta de una base y una tapa de hojaldre, con un relleno de crema pastelera y luego a la tapa la sembramos con almendra blanca que se nos tuesta mientras crece el hojaldre en el horno.
Cuando termina el horneado sentimos ese olor a “cosa” rica, maquillamos nuestra tarta con azúcar glas y esperamos, al menos en mi casa con cierto grado de ansiedad a que se atempere un poco y a comer.
Es recomendable sacarla del horno cuando nos sentamos a la mesa a disfrutar de una buena comida. Se coloca en la bandeja golosa y cuando se llega al postre nuestra panchineta está con la temperatura perfecta.
Si es para desayunar algún fin de semana, esperamos a enchufar la cafetera cuando salga del horno y luego nadie va a poner peros para levantarse a la mesa a disfrutar de ella.
Es un dulce que lleva ya muchos siglos haciéndonos vivir bocados exquisitos, es un postre que tenemos que seguir haciendo porque además de saber muy rico nos deja un aroma en casa de felicidad.
Änimo y a ponerse el delantal de los días felices, por mi parte cuando estéis preparados empezamos.
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