Dicen que la primavera la sangre altera. Si quieres comprobarlo de verdad cógete un avión con destino a cualquier ciudad de los Países Bajos. En Zaanse Schans podrás ver con tus propios ojos de qué manera florecen los característicos tulipanes del país. ¡Los hay de todos los colores!
Ah... ¡no te olvides de visitar sus molinos con solera mientras llevas un trozo de gouda en la mano!