La cara de la simpática Bridget Jones fue de las que más nos impresionó cuando vimos el cambio al que Renée se sometió tras la segunda película de la saga. Una cosa es perder peso y otra quedarse en los huesos. Aunque lo que más nos impactó fue su paso por el quirófano. Si lo que quería la intérprete era ocultar que había pasado los 40; lo hizo muy mal porque parece que es mucho más mayor.