Eso es lo primero que se te pasa por la cabeza cuando te llaman señora, ¿me equivoco?
La socióloga Gabriela Galarza explica que para las mujeres hay dos elementos que nos señalan dentro de un escalón privilegiado: estar casada y ser madre. Condiciones que en la sociedad patriarcal en la que vivimos (aunque nos duela) nos clasifican como 'señoras', un término de respeto.
Sin embargo... ¿qué ocurren si te llaman así y no tienes ni marido ni retoños? Sencillamente, la palabrita escuece mucho más a la par que nos clasifica en el ámbito de las casas y madres cuando no lo somos.
Esta explicación hace una distinción clara entre solteras y casadas porque unas son señoras y las otras no cuando esto no es así porque tanto a unas como a otras el término no les gusta.