Este es uno de los errores que la mayoría cometemos. Cuando la pasta se cuece, comienza a liberar almidón, lo que la vuelve un poco pegajosa y da al agua un color turbio. Muchas veces pensamos que es necesario tirar el agua y mojar la pasta con agua fría. ¡Eso es falso! El agua sólo va a enfriar tu pasta sin llevarse el almidón. Además, puedes aprovechar el agua de cocción para darle una mejor consistencia a tu salsa.
¿Entonces cómo hay que hacer? Cuando la pasta esté lista, retírala del agua con una pinza y ponla en el colador, o pásala directamente a la salsa.