Sirve calientitos. Si quieres prepararlos de un día para otro, en lugar de agregar el queso y la bechamel directamente, puedes refrigerarlos en el molde cubiertos con film plástico. Este método es muy efectivo también si quieres congelarlos para otra ocasión. En ese caso recuerda envolverlos en porciones más pequeñas, y servirlos con crema o una salsa bechamel en polvo para tener lista una comida deliciosa en muy poco tiempo.