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Queso Limburger
Este queso es muy conocido por su potente olor, que a muchos les recuerda el olor a pies...
Esta desafortunada característica aparece en el tercer mes de añejamiento, cuando aparece la bacteria Brevibacterium linens. Esta bacteria también se encuentra en la piel humana y es una de las responsables del olor corporal y esto ha llevado a pensar que en un principio, los monjes que hacían este queso machacaban el cuajo de leche con los pies.
Dicho esto, si logras ignorar el olor, podrás disfrutar de un queso cremoso, de textura suave, rico en grasas y con un sabor robusto que va muy bien con una cerveza fría.