Una pequeña broma: no te seques la boca con la manga de tu vecino o con el dobladillo de la bonita toalla de lino... Pongámonos serios: utiliza la servilleta suministrada para ello, pero sin frotarla bruscamente. Sólo hay que dar unos ligeros y delicados golpecitos en las comisuras de la boca. La cortesía y la elegancia lo son todo.
Hay muchas, muchas otras reglas para comportarse correctamente en la mesa, pero esto es para otro artículo...