El té que cura las infecciones de garganta, la sinusitis y la gripe
Esta planta ha sido utilizada durante siglos por sus poderosas propiedades medicinales
El orégano, un poderoso aliado para la salud
Si buscamos plantas medicinales con propiedades que nos ayuden a mantener en buen funcionamiento nuestras vías respiratorias, sin lugar a dudas el orégano encabeza la lista. El orégano ha sido utilizado durante siglos en la medicina tradicional como tratamiento para diversos malestares. Posteriormente se descubrió que sus antioxidantes como el ácido rosmarínico y el timol ayudan a renovar las células y a purificar el organismo.
De la misma familia de plantas que la menta, el orégano tiene propiedades antisépticas, antioxidantes y antiinflamatorias. Esta planta contiene más de 40 compuestos medicinales diferentes que protegen las células de radicales libres, purifican el torrente sanguíneo y evitan el crecimiento de microorganismos nocivos para la salud.
Si se consume en forma de té, el orégano puede curar el dolor de garganta y la sinusitis, así como limpiar las vías respiratorias y luchar contra la gripe. Pero eso no es todo, según el Journal of Pharmacy and Pharmacology, esta planta también es un gran aliado contra el cáncer, ya que ayuda a reducir la cantidad de células cancerosas.
Beber infusiones con orégano te ayudará a fortalecer tu sistema inmunológico y luchar contra diversas enfermedades como:
- Tos
- Resfriado
- Congestión nasal
- Inflamación de garganta
- Dolor de cabeza
- Inflamación de los ganglios
- Infección del oído
- Gripe
- Sinusitis
- Dolores menstruales
- Indigestión
- Problemas urinarios
- Parásitos
- Dolores musculares
- Fatiga
Cómo hacer té de orégano
Si tienes a la mano hojas frescas de orégano, puedes preparar un té de la siguiente manera. Hierve agua. Lava y pica un pequeño puñado de hojas de orégano y ponlo en 2 tazas. Vierte el agua y deja infusionar entre 5 y 10 minutos antes de beber.
Ahora que si sólo tienes orégano seco en casa, también lo puedes utilizar. Sigue el mismo procedimiento para hacer tu té, simplemente deja las hojas infusionar durante menos tiempo para evitar el sabor amargo. Cuela el té y espera a que enfríe un poco. Puedes agregar una cucharadita de miel para aumentar sus beneficios.
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