HAMBURGUESA DE CERDO CON BACON Y PAPRIKA PICANTE
Como la hamburguesa está tan de moda, han surgido miles de variantes, por lo que es difícil dar con sabores más o menos novedosos. Descubrí un tarro de Paprika húngaro en el fondo de mi despensa, y tras constatar que su fecha de caducidad era poco menos que infinito, decidí probarla en una hamburguesa. El sabor es sorprendente para los amantes de las potencias en paladar. Para los que no, os animo a probar con picantón dulce. Es una mezcla curiosa y jugosa.
Ingredientes
- 300 grs de carne de cerdo
- 1 cucharada de Paprika o pimentón picante
- 2 lonchas de bacon ahumado
- Media cebolla
- Un chorrito de salsa inglesa
- Queso (yo usé Edam)
- Escarola
- Tomate
- Mayonesa
- 4 rebanadas de pan de hamburguesa
- Patatas fritas
- Aros de cebolla (cebolla, 1 huevo, harina, aceite, sal y pan rallado)
Especificaciones
Personas 2
Dificultad Fácil
Tiempo de preparación 30minutos
Coste Económico
Preparación
Paso 1
Ponemos un poco de aceite en una sartén y pochamos la cebolla muy bien troceada. Cortamos las tiras de bacon en trocitos y añadimos al fuego. Vamos friendo a fuego alto y removiendo bien. Nos interesa que el bacon quede crujiente (pero no quemado). Incorporamos la cucharada de Paprika y removemos con fuerza para que no se queme. Sacamos enseguida y lo escurrimos en un papel absorbente.
Paso 2
Ahora vamos a por la carne. En un bol echamos nuestra carne de cerdo bien picada. Salpimentamos bien (que luego es imposible sazonarla) y mezclamos. Le añadimos nuestra cebolla y bacon y removemos todo el conjunto. Separamos en dos y vamos formando las hamburguesas (puedes untarte ligeramente las manos con un poco de aceite o harina para que sea más fácil)
Paso 3
Una vez con las hamburguesas con su aspecto más clásico, podemos envolverlas en papel film y dejarlas en la nevera mientras preparamos el resto.
Para la mayonesa: Echamos un huevo a temperatura ambiente en un vaso de batidora, añadimos un poco de sal, unas gotas de zumo de limón y vamos batiendo al tiempo que añadimos un hilillo fino de aceite de girasol. Así hasta conseguir la textura deseada.
Para los aros de cebolla: En un bol añadimos media taza de harina, 1 cda de aceite, 1 huevo, un poco de leche y batimos bien hasta conseguir una especie de salsa. Cortamos en aros las cebollas (las mías eran pequeñas pero vale cualquiera) y los empapamos bien. Pasamos por pan rallado y freímos en abundante aceite caliente hasta que se doren por fuera. Sacamos, escurrimos y listo.
Tostamos las rebanadas de pan en la tostadora o en una sartén con un poco de aceite. Disponemos las rebanadas, untamos una cara con mayonesa, ponemos la escarola y las rodajas de tomate.
Paso 4
Freímos nuestras hamburguesas en una plancha. Depende de los gustos y colores de cada uno, a mí con 3 minutos por cada lado me sirvió. Las disponemos sobre el pan y echamos el queso en trocitos y que se funda ligeramente con el calor de la carne. Coronamos con los aros de cebolla y acompañamos con unas efectivas patatas fritas y un poco de salsa barbacoa en un lado. ¡Que aproveche!
Película ideal para degustar este plato
ED WOOD
("Ed Wood" de Tim Burton - 1994)
Qué curioso es el proceso de mi mente en esto de la cocina y el cine. Estaba claro que el elemento Paprika le confería al conjunto un aroma húngaro. Y ya puestos en cine húngaro uno piensa en Bela Lugosi. Y siendo mi hamburguesa una revisitación (o biopic) de una figura clásica, todos los caminos me conducían al gran homenaje a Lugosi que fue y es "ED WOOD".
Para mí la mejor y más lograda fantasía jamás perpetrada por el siempre imaginativo aunque irregular Tim Burton (en su lista de logros: "Eduardo Manostijeras", "Sleepy Hollow" o "Big Fish"; en su lista de bobadas: "El planeta de los simios", "Batman vuelve" o "Sombras tenebrosas"). En "ED WOOD" supo combinar su pasión por la creación artística con un profundo sentido de admiración hacia una figura afortunada y desafortunadamente icónica (la del peor director de la historia, Edward J. Wood).
En sus manos este homenaje al cine de los 50, a los emprendedores ávidos de éxito y las estrellas venidas a menos, cobra una fuerza inusitada. Johnny Deep está sublime (casi como siempre) y Martin Balsam (en un alarde de caracterización e interpretación que le supusieron un más que justo Óscar) deambula por la vida carcomido por los recuerdos de una época mejor y por una drogadicción que le llevará, antes o después, a su lugar favorito: un ataúd.
Nuestra receta tiene ese elemento húngaro que supone el núcleo de la película: Lugosi. Una figura que, como nuestro Paprika, se oculta bajo una poderosa capa de bacon, cebolla y carne (en su caso: de la vieja gloria que una vez tuvo y jamás tendrá) Tan sólo espera que un humilde cocinero (Wood) le ofrezca una última oportunidad de sentirse útil, de recuperar la grandeza de antaño, de demostrar lo que es. Y Wood lo hace, le cocina su gran final, le arropa con todo lo que tiene a su alcance: tomate, lechuga, queso... para que se sienta seguro, vital y sabroso.
Por el resto del plató o el plano pululan los estrambóticos secundarios que conforman ese peculiar "equipo de rodaje": los aros de cebolla, las patatas fritas, la salsa barbacoa, se asemejan a esa presentadora llamada Vampira, a ese histriónico representante homosexual, a ese pulpo de atrezzo sin pilas...
Así pues conseguimos que esta hamburguesa de Paprika sea el homenaje visual a Lugosi que soñó primero Wood, luego Burton y ahora nosotros. Todo un placer húngaro...
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